La misión del Arte es el conocimiento de la verdad humana

Os invito a que no creáis una palabra de todo lo que no pueda demostrar.

Me siento un farsante. Sinceramente, ¡creo que toda mi vida es una gran mentira!

La falta de medios, permisos y equipo, impide que ejecute mis acciones tal y como las concibo.

Me inspira luchar con integridad y dignidad, por un Arte capaz de crear Acciones de Compromiso Social.

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Berriozar. Donamaría 1. Filtraciones: 12 años

Una imagen vale + que mil palabras

















Pienso sinceramente, que debiéramos tener derecho a que nos hierba la sangre al sufrir una injusticia. ¡Qué otra cosa podemos hacer! Las personas de bien siempre han estado desamparadas por la justicia. Todos y cada uno de nosotros, hemos contribuido creando una sociedad insensible al mal de los demás. En nuestro propio beneficio, somos capaces de concatenar al Universo entero, pero cuando es el prójimo quien padece y necesita de nuestra ayuda, entonces ya se puede hundir el mundo. Es triste ver cómo año tras año, sientes cómo tus derechos son ignorados y pisoteados. Ante esto, lo fácil es montar en cólera; lo difícil, es ir más allá. Mi reto es: reinterpretar la belleza. Hay una exacerbada sublimación por lo estético. Necesito transformar la estética en ética. Esa es mi lucha. En este caso, los hechos son los hechos; a la vista está. Cada cual que opine en conciencia. A punto de cumplir los 9 años de esta calamitosa situación. Actualizo en 2019: ya van 12 años. 

No solamente Donamaría 1 ha pasado olímpicamente de mi problema. Mis propios seguros (tres a lo largo de este tiempo), me han hecho pasar un calvario. El 3º, justo ahora, parece que se ha puesto las pilas. De las tres partes implicadas (mi seguro, el de Donamaría 1 y el seguro del dueño del tubo) todos peritos han coincidido en su diagnóstico:

el origen causante de las filtraciones de agua: 
está en la terraza

Unos, achacan la culpa al tubo que pasa bajo el banco. Otros, arguyen que eso es irrelevante puesto que tanto el tubo como el banco forman parte de la terraza. Por lo tanto, es ésta en última instancia la única responsable. ¡Qué curioso! A tenor de lo acontecimientos, son mis vecinos quienes parecen ostentar opinión más cualificada que la de los propios expertos. ¡En fin! Este desaguisado se ha convertido en otra más de mis variopintas intervenciones artísticas. En lugar de arramblar iracundamente contra diestro y siniestro por semejante falta de consideración y solidaridad, opté, desde un principio, por desentrañar la respuesta psicológica que intuía iban a regalarme. 

Mi investigación del comportamiento humano, me hace pagar un alto precio por este tipo de desencuentros; desestabilizan mi equilibrio vital.

Justo es confesar, que no tengo nada en contra de ninguno a nivel personal. Al contrario, todos me caen bien. No dejan de ser genuinos elementos de carbono, aunque, me temo, con la paz y concordia un tanto sui géneris. La pena, es que como comunidad, me han tomado por el pito del sereno. Si tenéis duda respecto a mis cavilaciones, os invito a que, simplemente, os pongáis en el lugar de la víctima. ¡Sed empáticos! ¿Estaríais más de 8 años padeciendo en vuestra propiedad semejante entuerto? No es una pregunta retórica. Si os atrevéis: ¡Contestadla por favor!

Sin embargo, mis otros vecinos: kaleberri 14, 16 y Artekale, han obrado con corrección y prontitud. Huelga decir, que sin darme vela en el entierro, les he regalado también mi tiempo en multitud de arreglos de mantenimiento tanto fuera del inmueble como en sus propios pisos. No hace falta decir, que aunque siempre hay gente más tiesa que la pata de un banco, otros, en cambio, son muy amables y agradecidos. 

Tengo que confesar, que a mis colindantes de Donamaría 1, tal vez les haya confundido mi anormal predisposición a la no confrontación. Un perito me  dijo, que si desde el primer día hubiera proferido: insultos, tacos y amenazas con ir directamente a los tribunales, todo estaría ya resuelto. ¡Qué pena de vida! Siempre elijo el camino del diálogo, de la bondad y comprensión. Creo de verdad, que tenemos la obligación ética de tender puentes en lugar de destruirlos. 

Lo cierto, es que mi comportamiento dista mucho de ser normal. No solamente no me he enfadado con ellos, sino que les he hecho gratis diversos trabajos: retejé provisionalmente el tejado. Como premio: recibí bronca por tal menester. Puse la otra mejilla y me ofrecí de nuevo a hacerlo en condiciones. En concreto, una vecina me pidió haber si le podía quitar una gotera. Lo hice. Durante un par de años, les estuve regalando un par de cientos de revistas nuevas (retractiladas). A otra, le he reparado puerta, goteras, techumbre... En honor a la verdad, he de decir que ésta vecina en concreto, es encantadora: me ha dado plantas y hasta un par de tápers con comida como gesto de agradecimiento. He diseñado y construido un nuevo sistema de desagües para evitar los atascos; en el tejado de mi Estudio aparecían todo tipo de objetos. He frenado en dos ocasiones a mis seguros para que no entregaran sus burofax y emprendieran acciones legales. Está claro, que en esta vida, cuando eres bueno te toman por idiota. En fin, no tengo moral para seguir contando la larga retahíla de aconteceres que se han prolongado en todos estos largos años. 

Un día de estos, cuando tenga tiempo y, dependiendo como acabe el cuento, relataré los pormenores con fotos, nombres y apellidos. Pero no por hambre de venganza, ni muchísimo menos. Ese no es mi estilo. Lo haré porque mi vida es una performance y, como tal, tengo el derecho de reconvertir esta patética situación en una obra de Arte para ser expuesta al mundo entero. Jamás actúo por traición o rencor. Prueba de ello, es que ya estaban avisados de palabra y por escrito. Les dije, que un día esto se convertiría en noticia. Hasta les mencioné salir en los programas: Espejo Público de Susanna Griso y en el de Ana Rosa Quintana. Pero, aún voy más lejos. Les anuncié, que incluso un día estudiarían esta "Intervención artística" en las escuelas, en los libros de texto. Más sincero y directo imposible. ¿No creéis? Ese es mi problema. Antxón Urrosolo decía: "John Otazu, es tan sincero que es imposible creerle".

En este sarao, hay otro implicado: el dueño del tubo (al que le achacan la responsabilidad de las filtraciones). Esta persona se ha portado de forma ejemplar. En todo momento ha estado dispuesta a ejecutar todas acciones que se han requerido para tratar de delimitar de dónde provienen las causas. ¡Me quito el sombrero!

En definitiva: siempre he sido cordial, educado y paciente. Ha sido una experiencia muy instructiva. Al John performancero, capaz de desafiar lo inimaginable, ya ven ustedes en cuán estimable consideración lo tienen sus conciudadanos. A pesar de todo, les tengo aprecio. ¡En requetefin! La verdad, dudo mucho que se dignen siquiera a pedir disculpas. Al contrario, estoy convencido que terminaré siendo 'el malo de la película'. Esto no hace sino corroborar que vivimos el mundo del revés.

¡Queridos amigos, no me diréis que esto no es arte! 

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2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. De una mente guapa como la tuya, no me sorprende que captes la esencia de mi cruzada. Thanks a lot friend!

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