La misión del Arte es el conocimiento de la verdad humana

Os invito a que no creáis una palabra de todo lo que no pueda demostrar.

Me siento un farsante. Sinceramente, ¡creo que toda mi vida es una gran mentira!

La falta de medios, permisos y equipo, impide que ejecute mis acciones tal y como las concibo.

Me inspira luchar con integridad y dignidad, por un Arte capaz de crear Acciones de Compromiso Social.

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Terrorismo de Estado


PAH
Plataforma de Afectados por la Hipoteca

"Desahuciando el miedo"

Sois divinos. Emociona que un grupo de personas tengan la maravillosa idea de ayudar a los demás. Gran trabajo. ¡Mi más rendida admiración PAHs! En un mundo donde el más débil es manipulado y pisoteado a conciencia por los poderosos, solo hay una salida: la lucha. Nuestro Gobierno, en connivencia con el sistema financiero, nos ha robado el bien más sagrado: nuestro inalienable derecho a vivir con dignidad. Nos quitan: la casa, el pan, la enseñanza; todo cuanto se les antoja. Con la Nueva Inquisición: Ley Mordaza, ni siquiera tenemos derecho a gritar a los cuatro vientos nuestra angustia y desesperación. 

No nos engañemos. No es justo culpar a los Gobiernos de todas nuestras desgracias. ¿No vivimos acaso en democracia? ¿No hemos ejercido libremente nuestro derecho al voto? Entonces, seamos coherentes. Asumamos nuestra responsabilidad. Nuestro trabajo no acaba en las urnas. Tenemos la ineludible obligación de velar por nuestros intereses presionando a nuestros líderes. Tenemos los gobernantes que hemos votado, en consecuencia, se podría afirmar que tenemos lo que nos merecemos. Sin embargo, decir eso es una barbaridad; nadie merece ser mal gobernado. Me estremece pensar, que bajo este manto de legalidad, millones de personas sufrimos las consecuencias del nada ecuánime reparto de derechos y libertades con el que nos someten. Mientras nadie invente algo mejor, estamos obligados a respetar la democracia  -a pesar de su daño colateral-. Lo que no respeto, es lo que se perpetra en su nombre. 

¿Cómo emprender una nueva andadura?

1º Cambiar el solemne juramento que se hace ante el Rey y la Constitución. Amén de otras formalidades, el candidato debiera dar su Palabra de Honor en el sagrado compromiso de ser honesto, erradicar la corrupción y dimitir ipso facto si no cumple. 

2º Reformar la Constitución para garantizar el implacable cumplimiento de la Ley. Al primer quiebro del juramento, la 'nueva' Separación de Poderes facilitaría la puesta en marcha de un protocolo urgente (en días), de ejecución automática.

De esta manera, nuestros adalides se cubrirían bien las espaldas huyendo de su acostumbrada fauna: buitres, ratas y sanguijuelas. ¡Así, queridos amigos, emergería una nueva filosofía política: 
Integridad, Autoridad y Determinación. 
Robarle la dignidad al pueblo, debe estar penado con la cárcel.  

Lo dicho, la mayoría son unos cobardes. No se atreven con semejante revulsivo. Implicaría cambiar radicalmente la forma de afrontar la política. ¿Por qué nadie propone con rotundidad un sistema anti-corrupción? Yo he diseñado uno infalible (puedo demostrarlo). Seamos claros: si un 'loco performancero'  puede concebir algo así, ¿cómo diantre no lo van a hacer nuestras preclaras mentes? A no ser que... ningún dirigente tenga realmente intención de extirpar quirúrgicamente semejante cáncer. ¡Por favor, no nos tomen por idiotas!

Para mi vergüenza, reconozco que en mi infancia pensaba que nuestros líderes eran personas decentes, con la sana intención de llevar al país por el sendero de la paz, concordia y bienestar. Queridos amigos, a esto, más que "bendita inocencia", hay que llamarlo "maldita ignorancia". Admito que he sido como la inmensa mayoría: un egoísta. Casi todos tendemos a mantener una aséptica distancia con la desdicha ajena. Me duele en el alma reconocerlo, pero es la triste verdad. Mientras el infortunio no asalta nuestra morada, nos importa un pimiento todo lo demás: crisis, desigualdad social, inestabilidad mundial... La piedra angular de nuestra filosofía de vida, debiera ser la EMPATÍA. Al no ser capaces de ponernos en la piel de los demás, estamos haciendo de este mundo un descomunal estercolero.

Pensaréis: eso no es posible, ¿cómo no íbamos a darnos cuenta? Craso error. Analicémoslo. Esto es como si pretendes meter a un sapo en agua hirviendo. ¿Qué ocurre? Evidentemente, huye como alma que lleva el diablo. Sin embargo, si lo pones plácidamente en agua templada y, poco a poco vas subiendo la temperatura, el pobre bicho ya no salta. Se queda allí hasta que muere. Eso es exactamente lo que hace el Sistema. Desde el primer aliento de vida, nos sumerge con endiablada sutileza en las tibias aguas de la sumisión. De esta forma gradual, la opresión va anclándose en nuestro código genético. Sin apenas fijarnos, sucumbimos ahogados en la ingente inmundicia con la que nos convidan las Altas Jerarquías.

Pero aquí no acaba la cosa, aún hay algo con peor hedor: nuestra infinita hipocresía. Decidme si no, quién no ha oído en su entorno a alguien escupir tan infame declaración: «Si yo pudiera, haría lo mismo. Todos lo hacen. No voy a ser yo el único tonto». Aquí radica el quid de la cuestión: “Cree el ladrón, que todos son de su condición”. Cosas así, hacen que me avergüence de ser humano.

Ray Kurzweill: “La singularidad está cerca”. Cuando los humanos trascendamos la biología. ¡Apasionante! ¡Sobrecogedor! Nos habla del crecimiento exponencial de la Inteligencia Artificial. De cómo en poco tiempo, las máquinas van a tomar conciencia. Menciono esto, porque si nuestra especie no lo hace, espero que sea la IA fuerte quien meta en vereda a todos involucionados carentes de ética y
S O L I D A R I D A D.

Miles de millones de personas, piensan que son dueños de su libertad y dignidad. Nada más irreal. Os animo que os informéis sobre el trasfondo del Foro de Davos y sucedáneos. Un bruto, temerario y escueto resumen:

Las riendas del Planeta las llevan apenas un centenar de personas. 

2º Todo avance en el desarrollo económico, social, cultural, ambiental y tecnológico de las naciones, va encaminado, aparentemente, hacia el beneficio global. Nada más ingenuo. El motor que guía a nuestros países -a nuestras todopoderosas corporaciones-  es su exclusivo beneficio.  

Las Corporaciones son quienes se encargan de administrar su vasto poder imponiendo sus leyes al mercado. 

El Mercado es la religión. La gran Deidad; la avaricia personificada; el titiritero. El mercado, por definición, es despiadado: sin leyes, sin moral, sin límites. 

Los Gobiernos y sus políticos son sus marionetas. Curiosa desazón saber que somos gobernados por los viles intereses de las multinacionales. Aquí es donde se quiebra mi espíritu y mi esperanza. Saber que la inmensa mayoría de personas de paz y bien, tengamos que depender de semejante caterva de corruptos desalmados e incompetentes, me encoje el corazón. Sí, hay políticos honestos, lo sé. Pero para luchar contra este demencial sistema, primero, hay que ser consciente de tal hecho y, segundo, hay que estar dispuesto a pagar el precio que conlleva erradicar semejante despropósito.

Último eslabón de la cadena: nosotros. Seamos serios, la lucha nos concierne a todos. ¡Vale ya de tanta hipocresía e incongruencia! Dejemos de escondernos. Plantemos cara a nuestros mandamases. El poder lo ostenta el pueblo llano. Salgamos entonces a la calle. Levantémonos en armas. Las más peligrosas y eficaces que esta especie ha creado: las palabras. Amor, tolerancia, respeto, bondad, determinación, cultura, educación, humanidad... conceptos que nos preservan el legítimo derecho de toda persona a vivir en: 
Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Soy consciente de mis limitaciones. Con estas líneas no pretendo aleccionar a nadie. Allá cada cual con su conciencia. Solo pienso en voz alta, al menos, ahora que aún puedo. 

No soy de ningún partido político ni de ningún credo. 
Mi sueño es ayudar a la gente. 
Es lo único por lo que estoy dispuesto a morir.

¿Somos un Estado de Derecho? No tenemos Separación de Poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. ¿En qué cabeza cabe tal atrocidad? En la de sus Señorías. ¡No son tontas! Así evitan que sus Excelentísimos culos queden al aire. Saben que ese matrimonio de conveniencia, es el mejor aval para quienes buscan salir impunes de sus crímenes.
Los hechos son los hechos.

Nunca he creído en la violencia. Ahora bien, cuando te enfrentas a un sistema que no tiene escrúpulos en robarte el alma, no caben medias tintas. Estamos condenados a jugar con sus reglas. A nivel de la calle, las Entidades Bancarias son vistas por la gente como algo abstracto debido a su devastadora omnipresencia. El camino emprendido por las PAHs es impresionante; me quito el sombrero. No obstante, aún estamos a años luz del: CERO desahucios. 

Los bankpiros no dan cuartel. No seamos inocentes. Para el sistema financiero somos su Oro Rojo. Disponen de una reserva infinita: millones y millones de toneladas de sangre a granel para chupar. Se ríen de nosotros a la cara, con la soberbia de quien se siente impune. Saben que con nuestros votos seguimos perpetuando esas leyes. La ignorancia no nos exime de nuestra responsabilidad. Hay datos estremecedores. Documentales y películas que ponen la piel de gallina:

Desahuciando el miedo
Mami, ya sé dónde está el dinero
Zeitgeist
El Capital
Inside job
Margin call
El gran farol
Too big to fail
The Corporation
La gran apuesta
Wall Street 1 y 2
The company men
El lobo de Wall Street
Capitalismo: una historia de amor
 ...

En mi opinión, no sería mala idea que nos enfrentáramos con sus mismas armas. Desahucian a personas con nombres y apellidos. Quedamos expuestas a la vergüenza del mundo, o mejor dicho, a algo infinitamente más grave y repugnante: nos empujan con premeditación y alevosía a la exclusión social. Al suicidio. ¿Por qué entonces, no vamos a estar legitimados a responderles con la misma moneda? ¿Acaso no nos ampara la misma Constitución? Propongo que exhibamos a los responsables a la mirada de sus clientes. Pancartas con sus nombres y apellidos y su foto. Algo tan intrusivo sería demoledor para su imagen. Seguro que la ley tiene alguna rendija por la que podamos colar esta acción. De cualquier manera, yo estoy dispuesto a ir a la cárcel. 
                                                                 
¡Me hierve la sangre con tanta injusticia! Es intolerable el número de infamias que perpetra diariamente el Estado. Entiendo perfectamente a quienes se oponen cambiar la Constitución. Actualizarla, implicaría evolucionar a tiempos más acordes. Ese tipo de avances, es impensable para quienes desean seguir esclavizándonos a su santa voluntad.

Me inclino ante vuestra determinación: PAH y resto de soñadores. Sois un ejemplo. ¡Basta ya de tanta diarrea dialéctica institucional! Invito a nuestros gerifaltes que aprendan de los 
Ciudadanos con Compromiso Social

Si te ha ofendido o indignado mi reflexión, ¡despierta! Mi única intención es ensalzar los valores humanos. Si te ha motivado a ser solidario, pasa a la acción y comparte en tus redes esta información. Cambiar es evolucionar. ¡Gracias! 

"Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo". Atribuida a Gandhi

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