Preservar la especie

Mi padre, intentando salvarle la vida a un pino 

Hay quienes aniquilan sistematicamente y sin ningún escrúpulo el ecosistema. Otros, en cambio, se preocupan de dar segundas oportunidades. En este caso concreto, en este terreno se iba a edificar una casa. El ayuntamiento de Sada, tuvo la estupenda idea de salvarle la vida a este precioso ejemplar de pino autóctono trasplantándolo de la era de Teresa al jardín de la plaza. 

Mi tarea, fue regarlo durante el tiempo necesario hasta que reemprendiera por sí solo su andadura. Me temo, que no fue suficiente el ahínco que puse. Me lo tomé como una cuestión personal. Recuerdo, días y días llenando pozales de agua de la fuente para poder saciar su sed. No soy ningún experto en la materia; la cuestión, es que sucumbió. 

Lo sentí mucho. Reflexioné sobre el cometido principal que lleva inscrito en su ADN el ser humano: la preservación de la especie. Me sentí especialmente unido a mi padre en un labor tan hermosa como la de intentar salvarle la vida a ese árbol y, sin embargo, mi sensación fue la de haber fallado tanto a él como a la naturaleza. La vida es una simple concatenación de acciones y reacciones. Un vasto conglomerado de encuentros químicos capaces de llegar a ser conscientes de sí mismos. Y ahí estaba yo, un pobre elemento de carbono cortocircuiteando la rueda de la vida.

Me sentí muy mal por no ser capaz de preservar el eslabón que yo mismo me había adjudicado. "Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil". El dicho fue adoptado de un escrito del siglo XVIII por Thomas Reid titulado: Ensayos en los Poderes Intelectuales del Hombre. En cada cadena de razonamiento, la evidencia de la última conclusión no puede ser mayor que el eslabón más débil de la cadena, sin importar la fuerza del resto. 

Intento expresar, que no importa demasiado saber quien es o deja de ser el culpable de lo que nos acontece. En mi humilde opinión, la única cuestión relevante que jamás debiéramos perder de vista para el correcto desenlace de nuestra existencia, es asumir nuestra propia responsabilidad. Solo si somos capaces de ser fuertes individualmente, el conjunto de nosotros lo será también.   

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